SEMANA 11-17
FEB
LA IMAGEN PERSONAL
No es suficiente con ser un buen profesional,
también hay que parecerlo.
No podemos negar que la imagen personal cada día cobra más fuerza e importancia tanto a nivel profesional como empresarial.
En ambos sentidos, la imagen personal es como una tarjeta de presentación. Con ella mostramos señales sobre la personalidad, carisma, actitud y credibilidad.
Tener una buena imagen se convierte en una condición para tener éxito
Una buena imagen personal contribuye a la mejora de las relaciones personales, es decir, ayuda a afianzar vínculos con clientes, proveedores, con el resto de empleados de una empresa, etc.
Así que, ¿qué debemos de tener en cuenta a la hora de construir una buena imagen personal?
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La vestimenta. Debe ser bien seleccionada acorde al momento para no dar una imagen errónea.
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Complementos adecuados. Los justos y necesarios para no distraer la atención.
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El calzado. Limpio y adecuado al momento, al igual que la vestimenta.
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El cabello. Limpio y arreglado acorde a la situación.
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El maquillaje. Es aconsejable emplear colores no llamativos y neutros.
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Comportamiento. Debemos de dominar las tres "S": Saber ser, saber estar y saber funcionar.
En cuanto a nivel empresarial, el pensamiento de los clientes respecto a la empresa se ve afectado por la opinión que estos tienen acerca de sus empleados, no solo por las actitudes y comportamientos, sino también por el aspecto, los gestos, el trato etc.
Ya no hablamos de que una mala imagen pueda generar una mala opinión, si no que incluso puede originar rechazo hacia la marca.
Solo hay una oportunidad de causar una buena primera impresión
Es por ello por lo que toda empresa debe de contar con una buena imagen personal y profesional de todos sus empleados pues ayuda a fomentar su reconocimiento y presencia así como incrementar la identidad corporativa.
En definitiva, si queremos que nuestro negocio tenga la misma reputación que Ikea o Starbucks, merece la pena invertir en este aspecto.